La creatividad junto con la innovación son elementos que
han venido interactuando en el entorno empresarial desde hace mucho tiempo,
pero que a medida que los mercados se hacen más competitivos, dichos elementos
han tomado un papel protagónico, ya que por medio de éstos las organizaciones
pueden desarrollar aquellas ventajas competitivas que les permitan mantenerse
con éxito.
La creatividad por sí sola, es la capacidad que posee un
individuo de crear e idear algo nuevo y original, mientras que la innovación
por su lado, es el arte de convertir las ideas en productos, procesos y
servicios nuevos y mejorados que el mercado reconozca y valore. La
innovación es producir, asimilar y explotar con éxito una novedad, de manera
que aporte soluciones inéditas a los problemas de y permita responder a las
necesidades de las personas, de las empresas y la sociedad en general.
La creatividad y la innovación son herramientas diferentes,
pero que trabajan en conjunto para dar como resultado la generación de aquellos
cambios dentro de la organización que conlleven una mayor satisfacción a sus
clientes. Por esta razón, es importante que las empresas procuren una filosofía
de gestión creativa e innovadora que les permita desarrollarse tanto vertical
como horizontal, logrando una cadena de valor altamente competitiva y
diferenciadora.
Formas
de fomentar o estimular la creatividad empresarial son:
§Proponer
retos
§Motivar
§Fomentar
una participación activa
§Dar
mayor autonomía
§Generar
variedad, evitando el estancamiento.
Formas
de practicar la innovación son:
§Fomentar
la creatividad (Que es la que genera las ideas para innovar)
§Erradicar
el miedo al fracaso
§Estar
atentos a los cambios del mercado
§Lanzar
nuevos productos, servicios o cambios de procesos.
La
creatividad es una herramienta valiosa para el gerente emprendedor, ya que le
permite salir de la rutina y los métodos de costumbre, además de que la
práctica de soluciones creativas genera un ámbito fértil para el surgimiento de
la innovación como conducta de la organización.
HABILIDADES DEL SIGLO
XXI: Creatividad e Innovación
No es poco usual confundir la creatividad con la habilidad
artística o con una personalidad excéntrica. En realidad, cuando hablamos de
creatividad nos referimos a la capacidad de observar y escuchar atentamente el
entorno, encontrar grandes ideas y llevarlas a la práctica.
Estamos en el período de mayor cambio y avances de la
historia. Sea en el campo de la política pública o en la actividad privada, los
estudiantes de hoy necesitarán enfrentar trabajos que involucran la toma de
decisiones responsable, la resolución de problemas, la documentación, la
coordinación de grupos humanos y cuando corresponda, una reevaluación del modo
en que se hacen las cosas.
La creatividad es una habilidad con la que nacemos
pero que difícilmente potenciamos en el sistema escolar, donde solemos
imponer la cultura de la respuesta correcta y evitamos escuchar respuestas
diferentes. El resultado es que terminamos fortaleciendo sólo el área cerebral
relacionada con el pensamiento lógico y lineal, relacionado con el pensamiento
crítico (hemisferio izquierdo), y evitamos formar a los alumnos en la
generación libre de ideas, en probar distintos caminos, elegir las mejores
alternativas y asumir riesgos (asociado principalmente a procesos del
hemisferio derecho).
Un estudio longitudinal a estudiantes ingleses mostró hace
unos años que a lo largo de su escolaridad van perdiendo la capacidad de
generar múltiples respuestas a una misma pregunta. A esta capacidad se le
denomina pensamiento lateral o pensamiento divergente,
y es un elemento esencial de la creatividad. Al preguntar a los estudiantes en
kinder cuántos usos podían dar a un clip en pocos minutos, el 98% de ellos
lograba cerca de 200 respuestas, porcentaje que bajaba a la mitad en 5 años y
otro tanto a 10 años del primer estudio.
Lo bueno es que la creatividad puede desarrollarse con la
implementación de prácticas con las que es posible mejorar la observación,
generar más y mejores ideas, sistematizar el pensamiento creativo, aplicarlo a
los contenidos de cada asignatura y llevarlos a problemas concretos, siendo
aplicable en el comienzo o el desarrollo de una clase, en actividades y
evaluaciones ojalá de índole colaborativa.
En primer lugar, la creatividad es una habilidad
que se nutre de la observación y el uso del conocimiento. Esto nos ayuda a
ser empáticos y a generar ideas sobre la base de la realidad y los contenidos
de clases. Buenos ejercicios para fortalecer la empatía son salir a entrevistar
a los posibles destinatarios de un proyecto o solución que queramos llevar a
cabo, observar lo que hacen otros y/o conseguir consejo. Estas actividades
pueden usarse para plantear un contenido o para profundizarlo. Puede ser
creando planes de financiamiento o trazado de terrenos en matemática, indagando
el origen del idioma o las normas de una comunicación efectiva en lenguaje o
investigando nuestros orígenes culturales en Historia.
En segundo lugar, la creatividad es un proceso a
través del que se generan muchas ideas, se evalúan, refinan y prueban. En
el video de este capítulo te enseñamos a generar una lluvia de ideas con
preguntas abiertas. Una vez que reunamos muchas ideas sobre una materia
concreta, lo ideal es llevar la actividad a la práctica seleccionando las que
mejor resuelvan nuestro problema inicial y probarla durante un tiempo,
modificándola hasta lograr el resultado deseado, generando un cambio positivo
en nuestro entorno.
Otra forma de generar buenas ideas es relacionando
ideas que antes no habían estado juntas (lugares, ideas, gente,
objetos): las cuentas familiares con los hábitos culturales, la cancha con el
hábito de comer sano, la prevención de riesgos y un diario escolar. No todas
las ideas son completamente nuevas. Pensar creativamente también pasa por
analizar situaciones previas y elaborar estrategias para resolver problemas.
En educación técnico profesional, esto se puede convertir
en un proyecto de "emprendizaje" (emprendimiento y aprendizaje), por su natural
énfasis en lo concreto y su relación con el mundo del trabajo de los productos
y servicios. Un enorme desafío, porque no todos alcanzamos a ser lo
suficientemente creativos. De 400 mil ingenieros en Silicón Valley, emblemática
área en la Bahía de San Francisco (EEUU) donde se desarrollan los
proyectos más ambiciosos e innovadores del mundo, sólo 150 emprendimientos
consiguen recuperar sus inversiones luego de 2 años. Los demás quedan en el
camino.
El pensamiento creativo también es aplicable al ámbito
motivacional y vocacional,
cuando estamos seguros de lo que queremos hacer en la vida desde temprano.
Prueba con una fórmula simple que aplican en una escuela noruega llamada
"Kaos Pilots", donde lo primero que te preguntan al ingresar es “¿cuál
es tu sueño?”.
La creatividad debe convertirse en una actitud, una "cultura
innovadora" que tiene que ser parte de nuestro quehacer diario
dentro del aula y afuera de ella, sea generando de proyectos para la comunidad
escolar o en nuestra propia vida. Lo mejor es empezar con el ejemplo.
Fuente:www.educarchile.cl
Habilidades del Siglo XXI: Creatividad e Innovación