martes, 28 de julio de 2015

HABILIDADES DEL SIGLO XXI: Creatividad e Innovación
No es poco usual confundir la creatividad con la habilidad artística o con una personalidad excéntrica. En realidad, cuando hablamos de creatividad nos referimos a la capacidad de observar y escuchar atentamente el entorno, encontrar grandes ideas y llevarlas a la práctica.
Estamos en el período de mayor cambio y avances de la historia. Sea en el campo de la política pública o en la actividad privada, los estudiantes de hoy necesitarán enfrentar trabajos que involucran la toma de decisiones responsable, la resolución de problemas, la documentación, la coordinación de grupos humanos y cuando corresponda, una reevaluación del modo en que se hacen las cosas.
La creatividad es una habilidad con la que nacemos pero que difícilmente potenciamos en el sistema escolar, donde solemos imponer la cultura de la respuesta correcta y evitamos escuchar respuestas diferentes. El resultado es que terminamos fortaleciendo sólo el área cerebral relacionada con el pensamiento lógico y lineal, relacionado con el pensamiento crítico (hemisferio izquierdo), y evitamos formar a los alumnos en la generación libre de ideas, en probar distintos caminos, elegir las mejores alternativas y asumir riesgos (asociado principalmente a procesos del hemisferio derecho).
Un estudio longitudinal a estudiantes ingleses mostró hace unos años que a lo largo de su escolaridad van perdiendo la capacidad de generar múltiples respuestas a una misma pregunta. A esta capacidad se le denomina pensamiento lateral o pensamiento divergente, y es un elemento esencial de la creatividad. Al preguntar a los estudiantes en kinder cuántos usos podían dar a un clip en pocos minutos, el 98% de ellos lograba cerca de 200 respuestas, porcentaje que bajaba a la mitad en 5 años y otro tanto a 10 años del primer estudio.
Lo bueno es que la creatividad puede desarrollarse con la implementación de prácticas con las que es posible mejorar la observación, generar más y mejores ideas, sistematizar el pensamiento creativo, aplicarlo a los contenidos de cada asignatura y llevarlos a problemas concretos, siendo aplicable en el comienzo o el desarrollo de una clase, en actividades y evaluaciones ojalá de índole colaborativa.
En primer lugar, la creatividad es una habilidad que se nutre de la observación y el uso del conocimiento. Esto nos ayuda a ser empáticos y a generar ideas sobre la base de la realidad y los contenidos de clases. Buenos ejercicios para fortalecer la empatía son salir a entrevistar a los posibles destinatarios de un proyecto o solución que queramos llevar a cabo, observar lo que hacen otros y/o conseguir consejo. Estas actividades pueden usarse para plantear un contenido o para profundizarlo. Puede ser creando planes de financiamiento o trazado de terrenos en matemática, indagando el origen del idioma o las normas de una comunicación efectiva en lenguaje o investigando nuestros orígenes culturales en Historia.
En segundo lugar, la creatividad es un proceso a través del que se generan muchas ideas, se evalúan, refinan y prueban. En el video de este capítulo te enseñamos a generar una lluvia de ideas con preguntas abiertas. Una vez que reunamos muchas ideas sobre una materia concreta, lo ideal es llevar la actividad a la práctica seleccionando las que mejor resuelvan nuestro problema inicial y probarla durante un tiempo, modificándola hasta lograr el resultado deseado, generando un cambio positivo en nuestro entorno.
Otra forma de generar buenas ideas es relacionando ideas que antes no habían estado juntas (lugares, ideas, gente, objetos): las cuentas familiares con los hábitos culturales, la cancha con el hábito de comer sano, la prevención de riesgos y un diario escolar. No todas las ideas son completamente nuevas. Pensar creativamente también pasa por analizar situaciones previas y elaborar estrategias para resolver problemas.
En educación técnico profesional, esto se puede convertir en un proyecto de "emprendizaje" (emprendimiento y aprendizaje), por su natural énfasis en lo concreto y su relación con el mundo del trabajo de los productos y servicios. Un enorme desafío, porque no todos alcanzamos a ser lo suficientemente creativos. De 400 mil ingenieros en Silicón Valley, emblemática área en la Bahía de San Francisco (EEUU) donde se desarrollan los proyectos más ambiciosos e innovadores del mundo, sólo 150 emprendimientos consiguen recuperar sus inversiones luego de 2 años. Los demás quedan en el camino.
El pensamiento creativo también es aplicable al ámbito motivacional y vocacional, cuando estamos seguros de lo que queremos hacer en la vida desde temprano. Prueba con una fórmula simple que aplican en una escuela noruega llamada "Kaos Pilots", donde lo primero que te preguntan al ingresar es “¿cuál es tu sueño?”.
La creatividad debe convertirse en una actitud, una "cultura innovadora" que tiene que ser parte de nuestro quehacer diario dentro del aula y afuera de ella, sea generando de proyectos para la comunidad escolar o en nuestra propia vida. Lo mejor es empezar con el ejemplo.
Fuente: www.educarchile.cl
Habilidades del Siglo XXI: Creatividad e Innovación



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